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  • Sergio Mora Ruiz

PARA SER COMO PAU, FÍJATE EN FELIPE

Un triunfo espectacular como el de la selección de baloncesto en el eurobasket, trae tras de sí una larga cola de repercusiones. El baloncesto recibe durante unos pocos días un poco más de mimos por parte de los medios, hace que a muchas personas les pique el gusanillo de coger la pelota y probar eso de tirar a canasta (o al menos intentarlo).


Además, cuando un nombre sobresale por el resto, provoca un aluvión de sueños, principalmente de chicos en la edad en la que tienen todo el derecho a creer que los sueños se cumplen. Esta semana el título del sueño más repetido es “YO QUIERO SER COMO PAU GASOL”. Y es que, ¿quién no quiere ser PAU? Talento, disciplina, sacrificio, compromiso y respeto se dan dentro de un espigado cuerpo de 2’13, la combinación perfecta.


Con todo esto tenemos el qué: “quiero ser como Pau”. Un sueño tan bonito como legítimo para cualquier niño que empieza en esto de los aros. Pues bien, el siguiente paso es lógico “¿CÓMO LLEGO A SER COMO PAU?”, aquí es donde la cosa se complica, porque poca gente parte de la casilla de salida que salió Pau. Por lo general, va a ser tremendamente complicado que se den a la vez esa combinación de cualidades físicas y ese talento “innato” -entendiendo el talento innato como una mayor facilidad para el aprendizaje


- en una misma persona, por lo que seguramente tendremos que suplir toda esa predisposición con trabajo y mucho más trabajo.


Así que la respuesta es clara, si quieres ser como Pau Gasol, fíjate en Felipe Reyes. Felipe es el espejo en el que todo deportista debería mirarse, la inspiración de cualquiera que quiera llegar a dar lo máximo que tiene dentro. Felipe es un jugador al que siempre le ha perseguido la duda y la desconfianza, “es muy bajito para ser pívot”, “es muy limitado en su aportación”, “apenas tiene anotación”, “solo sabe pelearse” son solo algunas de las frases que se han dicho de él desde el inicio de su carrera, carrera que muchos “previeron” con un simple “este chico no vale para esto”. Cualquiera que vea a día de hoy un partido de Felipe, o simplemente contemple su palmarés (1 mundial, 3 eurobaskets, 2 platas olímpicas, 1 euroliga, 4 ligas ACB y 4 copas del Rey) pensará que esas frases poco tienen que ver con Felipe.


Pues su secreto no ha sido otro que el de no conformarse jamás, crecer cada año y trabajar cada temporada para aumentar su lista de cualidades. No conformarse con ser un fajador de la zona, si no ir incorporando tiros de media distancia, mejorar porcentajes de tiros libres, movimientos en el poste, incluso incorporar un modesto tiro de 3, que le lleva a ser un jugador tremendamente más completo y decisivo. Y todo este perfil incorporado en un espíritu competitivo propio de los grandes del deporte, de los que aparecen en las grandes citas y cuando más le tiemblan las manos al resto de mortales.


Todo esto le ha ido llevando a ser uno de los jugadores más importantes de la generación de oro del baloncesto español, y en uno de los mayores referentes para cualquier persona que quiera sacar lo mejor de sí mismo.



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